martes, 19 de mayo de 2009

La Transformación del Cuarto Poder

Cuando los medios tradicionales pierdan el protagónico y dejen de tener el poder para controlar la percepción del hombre, dominar pensamientos, emociones y sentimientos ¿quiénes serán sus herederos?

Parece lógica la hipótesis de que el avance de la web prospere y posicione a los grupos mediáticos digitales como únicos herederos del diario impreso. Como el nuevo monopolio dominante de la puja entre el poder y la propagación de ideas.

Posiblemente, la manipulación de la información por parte de agentes pertenecientes a los grupos de presión, no deje de existir por la caída de los canales de comunicación tradicionales.

Al menos, eso puede deducirse en este video: La Revolución de los Medios - Parte I -




Julieta Beldi

lunes, 18 de mayo de 2009

La posibilidad de repetirse

En su última novela, “La posibilidad de una isla”, Michel Houellebecq insiste en su visión apocalíptica y cínica del género humano que le valió ser comparado con Albert Camus y Honoré de Balzac, como el nuevo encargado de indicar las contradicciones y los vicios de la actualidad.

El protagonista del relato parece ser la continuación del personaje principal de sus tres anteriores novelas. La esencia, las cualidades y el ánimo de Daniel pueden transferirse al apático ingeniero informático de “Ampliación del campo de batalla”, a los hermanos perdidos de “Las partículas elementales”, como también al melancólico Michel de “Plataforma”.

Michel Houellebecq por Ève Clair

La corrosiva prosa de Houellebecq arremete contra todos y todo. Empezando por las mujeres (se lo acusa de misógino), pasando por Bjork, hasta llegar a el Islam (lo acusan de islamófobo), ninguno se salva de las criticas de Daniel. Ni siquiera la risa queda indemne: “Si el hombre ríe, es el único en el reino animal, que muestra esa atroz deformación facial, es también porque, superando el egoísmo de la naturaleza animal, es el único que ha alcanzado la fase de infernal y suprema de la crueldad”.

También reincide en uno de los tópicos que la crítica más celebra o detracta: el sexo. Extensos pasajes de frías descripciones inundan las penosas experiencias del narrador.

Sin notarse un progreso, sino más bien, la radicalización del escepticismo, Houellebecq, sin excluirse a si mismo, condena todos los vicios de la modernidad.

El filósofo Arthur Schopenhauer escribió: “La primera - y casi la única - condición de un buen estilo es tener algo que decir”. Aunque parte de la crítica francesa, como el periodista Bernard-Henri Lévy, haya expresado que “La posibilidad de una isla no es su novela mejor lograda”, es innegable que Houellebecq continúa teniendo algo que decir.


Pablo Cosin