martes, 9 de junio de 2009

La era del DesHielo

La Organización de Estados Americanos (OEA) ha dado un paso histórico al derogar la resolución que suspendió en 1962 a Cuba de su participación y abrir así la puerta a un posible reingreso de La Habana al Sistema Interamericano casi medio siglo después. Recordemos que Estados Unidos había propuesto la suspensión de la membresía cubana bajo el argumento de que su adhesión al marxismoleninismo era incompatible con los principios de la OEA. Además, el gobierno estadounidense prosiguió con un embargo total a las relaciones comerciales con Cuba y puso presión en sus aliados de la OTAN y en los Estados latinoamericanos para que cortaran todos sus vínculos con Cuba, lazos que, uno por uno, casi todos cortaron.

Sin embargo, Cuba comunicó que no le interesa pertenecer al organismo que le excluyó hace 47 años por sus vínculos con el bloque socialista, aunque consideró la resolución de la OEA como una victoria de la región. Así, para La Habana, lo importante es que el continente le dobló el brazo al "imperio". Y esta victoria se da el año en que se cumplen 50 años de la revolución cubana. "Cuba no ha pedido ni quiere regresar a la OEA, llena de una historia tenebrosa y entreguista, pero reconoce el valor político, el simbolismo y la rebeldía que entraña esta decisión impulsada por los Gobiernos populares de América Latina", dijeron las autoridades en un comunicado leído en televisión.

Tras la respuesta cubana, Patricia Rodas, embajadora de Honduras, aseguró que la decisión histórica de la OEA de revocar la resolución de 1962 no tiene como objetivo que Cuba regrese a la OEA sino que el organismo repare un error del pasado.



En un artículo publicado en el diario La Jornada, de México, el sociólogo norteamericano Immanuel Wallerstein plantea la decisión de revocar la suspensión de la membresía cubana como “uno de los primeros pasos hacia un deshielo en las relaciones” cubanoestadounidenses. Como si estuviéramos ante los últimos resabios de la hostilidad yankee hacia el gobierno cubano gestada durante la Guerra Fría.

Sin embargo, no atribuye este deshielo al nuevo liderazgo que ostentan ambos países sino que, por el contrario, encuentra una explicación más genuina en un cambio en el sistema mundo y en América Latina en particular. Y plantea tres momentos cruciales durante los ‘90 que fueron sembrando el camino hacia el deshielo:

1) El colapso de la Unión Soviética: significó no sólo que las consideraciones de la Guerra Fría se volvieran irrelevantes sino, y sobre todo, que Cuba debiera reajustar su programa interno a partir del fin de la asistencia económica ruso/soviética.

2) La decadencia del poderío geopolítico estadounidense que se dio especialmente en la era de George W. Bush: provocó el surgimiento de gobiernos de centroizquierda en los países latinoamericanos que empezaron a reestablecer las relaciones con Cuba y llamaron a ponerle fin al boicot estadounidense y a la reintegración de Cuba a la OEA.

3) Transformación en el escenario político estadounidense: por primera vez se empezó a hablar del “fracaso” de las políticas estadounidenses hacia Cuba.


¿Qué tan lejos está dispuesto a llegar Obama? No lo sabemos. Lo cierto es que el gobierno estadounidense tiene presiones que empujan hacia el deshielo. El gobierno de Castro tiene presiones en América Latina en favor de un deshielo. Como concluye Wallerstein, si las realidades geopolíticas continúan evolucionando en esta dirección, no es imposible que ambos países logren relaciones diplomáticas 'normales', aún con perspectivas diferentes en relación con el mundo. "Sería un gran avance con respecto a las relaciones de los pasados 50 años".


Florencia Mancedo