
La calle Sarmiento al 3100 empieza a cambiar su onda cuando a partir de las 18 un público habitué comienza a palpitar el comienzo de La Bomba de tiempo. Extranjeros en su mayoría y también jóvenes fanáticos de los encuentros sociales, el descontrol y la música conforman el auditorio de un verdadero ritual.
¿La consigna? Danzar con los ojos cerrados al ritmo de la percusión, entregarse al sonido de los tambores y por qué no a unos cuantos vasos de cerveza y fernet. ¿El objetivo? Arrancar la semana con una energía renovadora. 1500 personas es el número promedio que parece querer cumplir con ella cada lunes. Fernando Duclas, uno de los productores nos cuenta cuál es el imán que tiene La Bomba que nos atrae cada lunes a relajarnos e introducirnos en el ritual.
STEPHANIE MAIA HINDI
No hay comentarios:
Publicar un comentario