lunes, 20 de abril de 2009

Pirateando al transformismo

Un día a Don Antonio Gramsci “se le encendió la lamparita” y pudo ofrecer un poco de luz a la triste oscuridad que lo rodeaba y lo aislaba del mundo cotidiano. De repente se le ocurrió un nuevo término para caracterizar a la vida italiana desde 1948: el transformismo. Y comenzó a escribir. Y los cuadernos de la cárcel, se hicieron famosos, trascendieron. Pero ¿habrá imaginado el tano que hoy, en el siglo XXI, sus ideas continuarían haciendo ruido?

Buenos Aires. Año 2009. Bienvenidos a la era de los Kirchner. Bienvenidos a una época en la que las clases dirigentes continúan absorbiendo y cooptando a los intelectuales orgánicos de otros sectores, quienes de este modo consiguen conservar y hasta fortalecer su liderazgo, aún cuando su ideología haya sido aniquilada. En otras palabras, bienvenidos a una piratería del viejo transformismo.

Cómo es costumbre, a la Argentina le gusta copiar elementos de la vida europea, entonces ¿para qué perderla? No le fallemos a las tradiciones impuestas durante la época de Roca, y pongamos en escena al piquetero (ahora, ex) Luis D´Elía. Quizás le habrán pedido un minuto de silencio, porque hace mucho no lo vemos ni lo escuchamos enojado en algún medio de comunicación defendiendo a la presidenta de los argentinos, pero su incondicional lealtad al oficialismo, no desapareció. Y a medida que pasa el tiempo, crecen las relaciones carnales. Y así, se intercambian puestos por represión de ideologías… Por favor de pié para darle un aplauso al intelectual absorbido por el matrimonio.


Stephanie Maia Hindi

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